Un fuerte terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter ha sacudido Haití, el país más pobre del continente americano, y ha desatado la alarma en el Caribe. El brusco movimiento de tierra se cebó con la capital, Puerto Príncipe, donde los daños materiales han sido cuantiosos y las víctimas mortales se cuentan por decenas, según relatos de testigos citados por varias agencias.
Los equipos de rescate trabajan esta madrugada (hora española) a contrarreloj para rescatar de entre los escombros a supervivientes. Varios edificios se han derrumbado por completo, entre ellos un hospital y una escuela.
También ha sufrido daños considerables el palacio presidencial y el edificio que alberga la misión de la ONU en el país caribeño. Algunos funcionarios del organismo internacional permanecen en paradero desconocido, según un comunicado de la misión de Naciones Unidas.
Prosigue el recuento de víctimas mortales y las labores de rescate y ayuda a los dammificados por el que sacudió la noche del martes la isla caribeña de Haití. Todavía no hay cifras oficiales de muertos, pero se habla de "cientos de miles", como afirmó el primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive.
Los habitantes de Puerto Príncipe, la capital de Haití, continúan la búsqueda de sobrevivientes del terremoto que ha asolado el país, mientras la comunidad internacional se moviliza para ayudar a los millones de damnificados.
Según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, unos tres millones de haitianos, un tercio de la población del país más pobre de América, han resultado afectados por el sismo de 7 grados en la escala de Richter.
Hay cadáveres tendidos en el suelo por todas partes en la ciudad, otros son trasladados por grupos de personas y muchos más se encuentran debajo de los numerosos edificios derrumbados o dañados por los sismos.
Desde la ONU, Ban Ki-Moon ha confirmado que ya son 16 los muertos tras el derrumbe de su edificio en Puerto Príncipe.
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